Concluye una vez más esta actividad por nuestras montañas y sierras, una aventura por las montañas jijonencas y de poblaciones vecinas. Muchas personas repiten experiencia. Pasar un fin de semana compartiendo fatiga, calor, frío, lluvia, ampollas en los pies. Pero también buenos momentos de camaradería mientras nos comemos un bocadillo, comemos o cenamos en el refugio Mas de Valero donde también se puede pernoctar (dormir ya puede ser utópico) y se dispone de duchas con agua caliente y otras comodidades para recuperar fuerzas para el día siguiente. Una actividad que ya es tradición donde cada participante se impregna de romero, timón, esparto, del tiempo equinoccial primaveral, ahora frío, ahora viento, ahora calor, ponte ropa, sácatela, cuando se acaba esta cuesta?. Cuervos, arruis, un búho que deja sonar su sonido aflautado por la noche, vienen migrando desde África... Todo lo cansancio y las sensaciones de incomodidad se desvanecen cuando llega la hora de la cena, tranquilos y reconfortados al refugio al rescoldo de la leña en llama. Llega el último día y ya están las articulaciones del esqueleto con falta de aceite pero estos males quedan anestesiados ante un arroz con conejo preparado por Marc que, aunque lleva una capuana de aquellas que te dejan "out", se esmera haciéndola para dejar a la gente, nunca mejor dicho, con buen sabor de boca.
El año que vé más y mejor.
Salud y montaña.
