día del árbol 29 de enero 2022

El día del árbol 2022 ha culminado, quizás como el año en la que más participación ciudadana ha habido. Hemos estado cuatro días intensos para atender a todas las personas que nos han visitado para plantar árboles y queremos dar las gracias a todos y todas para hacer posible el éxito de este año, los tres colegios, maestros, niños, niñas, padres, madres, abuelos, familias, Ayuntamiento, jardineros municipales, habéis venido con auténtica fiebre para plantar árboles, para sembrar vida y futuro, para sembrar inquietud positiva a los más jóvenes y para hacernos ir atareados haciendo hoyos, cosa buena puesto que significa que se ha hecho mucho trabajo por parte de todo el mundo.

Hay una frase que se atribuye a Martin Luther King o Martin Lutero, personas diferentes y verdaderamente, no sabemos a quién de los dos corresponde o, quizás los dos lo expresaron y dice más o menos así.

"Si supiera que el mundo se acabara mañana, yo hoy, todavía plantaría un árbol".

También hay un dicho judío que dice,

"Si en las manos tienes un arbolito y te dicen que ha venido el mesías, planta primero ese arbolito y después ve a recibir al mesías".

Esa importancia, esa gran magnitud de plantar árboles, un acto al cual está implícito el altruismo humano y, la salvación de la humanidad en sí. El ritmo de la Natura es más pausado que la frenética vida humana que a la vez, es corta. El tiempo se nos escurre de las manos sin darnos cuenta. Cuando plantamos un árbol y sabemos con certeza que no podremos disfrutar de su sombra, hemos entendido el significado de la vida. Esos pocos minutos de nuestra existencia dedicados a hacer un hoyo, meter un ser vivo diminuto que con parsimonia y muchos años crecerá ultrapasando nuestra propia esperanza de vida, es un legado en las generaciones futuras y en la vida del planeta que habitamos.

Después de dos años ya de pandemia, las familias han vuelto con niños y niñas, abuelos, padres, madres, bebés, mascotas, a hacer ese gran acto, plantar árboles, sembrar vida, sembrar futuro, y han vuelto con más ganas que nunca porque saben que la vida emana de la tierra y de aquellos que tienen cura de ella y nos proveen de alimentos. Muchos de los arbolitos también morirán, no podrán sobrevivir y, el próximo año, volveremos a replantarlos, aunque en el día siguiente el mundo se hunda.

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